miércoles, 2 de abril de 2014

Uno.

Mira esos cristales.
¿Los recuerdas?
Nos reflejábamos al pasar de la mano.
Parece como si aún guardase la esencia de tu risa, tu forma de mirar nuestros dobles fríos.
Recuerdo que te gustaba pararte en frente y abrazarme por la espalda, para susurrarme: míranos, estás preciosa con este idiota queriéndote al oído.
Y ahora, sólo queda el reflejo de 'cada uno', porque seguimos siendo uno, pero individualmente.

Y yo me acostumbré a ser uno junto a ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario