miércoles, 2 de abril de 2014

Compás de uno solitario.

Yo era.
Era aquella disonancia, un intervalo de séptima en tu cadencia perfecta.
No había sido musa, pero mi blusa había dormido escondida bajo tu almohada.

Y creía que así el tiempo se acobardaría, y lo que era un compás ternario acabaría en un dos por cuatro, con voces homofónicas entonando a la vez la escala de Do Mayor, que sin alteraciones hacía más tranquilas las melodías de tu cuerpo.
Pero me quedé en un s t a c c a t o constante al pasar sobre tus cuerdas, porque no dejabas que avanzara, e inventé el compás de "uno solitario" para bailar mi suite sin pareja.

Y de fondo, una viola, que dicen que suena más melancólica. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario